El tejido adiposo es el órgano endocrino más grande que posee nuestro cuerpo. Está involucrado en la producción de hormonas y en la función reproductiva, además de en otra serie de sistemas como el metabolismo glucídico, el sistema inmune y la formación de las células sanguíneas. El tejido adiposo genera una serie de moléculas, llamadas adipoquinas, que ejercen un papel fundamental en la reproducción; por ello, no es de extrañar que cambios en el tejido graso, tanto por exceso como por defecto, lleven a alteraciones en la función reproductiva. Entre estas moléculas, la que mayor atención ha recibido es la leptina, una proteína que se sintetiza y se secreta constantemente y cuanto más grande es el tejido adiposo más leptina se libera. Esta proteína actúa a varios niveles: a nivel del hipotálamo, donde disminuye la sensación de apetito y aumenta el gasto energético; a nivel del ovario, en las células de la teca, de la granulosa y en el ovocito; y a nivel del endometrio. En la...